Para una crítica de los programas del corazón.
La curiosidad, que es el detonante de todo afán de conocimiento,
también puede ser malsana. Lo es cuando provoca nuestro interés por asuntos que
no aportan nada valioso a nuestras vidas. Por no hablar de que el tiempo que
dedicamos a informarnos sobre este tipo de asuntos, lo podríamos dedicar a
conocer lo que es verdaderamente relevante para nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario