EL GLOBO AZUL
Siempre que termina de exponer, con su acostumbrada intransigencia, sus
creencias políticas, le viene a la memoria aquella tarde, lejanísima e
indeleble, en la que su padre le compró aquel precioso globo azul, que un niño,
energúmeno y sonriente, pinchó con insolencia y total impunidad.
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