viernes, 23 de agosto de 2013

Me niego a que vean la vida por mí… Hace años asistí con unos amigos a una corrida de toros (José Tomás); pero no voy a entrar a valorar los pormenores de tan sangriento espectáculo. Sí quiero reseñar que cuando oigo hablar del mundo del toreo (criticándolo o defendiéndolo), pienso en José María de Cossío, autor deLos Toros. Tratado técnico e histórico”, más conocido como “El Cossío”; pienso que las verdades de la vida siempre se presentan turbias; pienso en este hombre, uno de los más civilizados que ha habido en España, intercediendo ante Franco por el desvalido Miguel Hernández; pienso que el genio de Orihuela colaboró con Cossío en su monumental obra sobre la tauromaquia; y me parto de risa viendo cómo se rasgan las vestiduras los biempensantes, indignados ante estas jugosas paradojas de la vida… 

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