para Clara
LA MUÑECA
La niña lloraba desconsoladamente. El escritor le preguntó:
-¿Qué te ocurre, pequeña?
-No encuentro mi preciosa muñeca de trapo- contestó la niña sorbiéndose
los mocos.
El escritor le contó que la muñeca había ido a cuidar a su abuelita, que
era muy mayor, estaba sola y vivía en un país muy lejano. La niña lo miró fascinada.
El escritor le dio un beso y continuó su camino.
A los pocos días la niña recibió una carta en la que su muñeca le confesaba
que se acordaba mucho de ella y que era muy feliz cuidando a su abuelita. A esta
carta sucedieron otras muchas en las cuales la muñeca relataba diferentes
experiencias que divertían mucho a la niña. Un día recibió un paquete. Cuando
lo abrió, encontró una muñeca de trapo muy parecida a la que se fue a cuidar a
su abuelita en un lejano país. Con la muñeca venía una nota que decía: “Esta
amiga mía te hará compañía y jugará contigo hasta que yo regrese. Un beso muy
fuerte, cielo”.
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