Entraña gran peligro permanecer al margen, resistirse a ser arrastrado
por la devastadora corriente, sonreír desde la orilla a los que se ahogan…Es un
inestimable placer, muy peligroso, pensar por uno mismo; escupir un NO, así en
mayúsculas, frente a sangrientas banderas, frente a indecentes fronteras, frente
a la estupidez ruidosa de los charlatanes que enarbolan banderas y trazan
fronteras. Es maravilloso saborear un SÍ, también en mayúsculas, subido en un árbol
mecido por el viento. Es liberador el placer que siento cuando rehúso trajes
hechos a la medida de otros, cuando desprecio todos los uniformes, me visto de
intemperie, y grito mi nombre en mitad de la noche.
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