HORMIGAS
Había una vez un hombre paciente y despabilado que se dio de alta en el Régimen Especial de Trabajadores
Autónomos para ganarse la vida legalmente cazando hormigas, amaestrándolas y,
finalmente, ofreciendo sus servicios a domicilio. Sus tarifas eran las
siguientes:
-1 hormiga amaestrada para acompañar a la mujer de tiendas: 100 euros/
día.
-1 hormiga amaestrada para reír los chistes sin gracia del suegro: 20
euros por chiste.
-1 hormiga amaestrada para escribir los discursos al jefe: 120 euros
cada discurso.
-1 hormiga amaestrada para dar masajes en los pies: 70 euros/hora.
-1 hormiga amaestrada para realizar las tareas domésticas, menos
planchar: 150 euros/día.
-1 hormiga amaestrada para planchar: 50 euros/hora.
-1 hormiga amaestrada para preparar el almuerzo: 60 euros por almuerzo
para cuatro comensales.
-1 hormiga amaestrada para ir a comprar el periódico: 10 euros, o de regalo
por la contratación de una póliza “El Inigualable Circo de las Dóciles Hormigas”,
que por tan solo 200 euros/día incluía un ejemplar de hormiga amaestrada de cada
uno de los siete tipos expuestos anteriormente.
Como ganó mucho dinero, y era un tipo con imaginación, creó una empresa
especializada en la fabricación de hormigas amaestradas para ir a la guerra. Actualmente,
es una poderosa multinacional.
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