sábado, 17 de agosto de 2013

LOS DADOS

Einstein se equivocó: Dios sí juega a los dados, pero a su manera. Si los tira, y el resultado coincide con sus planes, lo respeta; si no, lo acomoda a sus deseos con el mayor descaro. Si a Dios le apetece entretenerse con una guerra cruel, y los dados revelan que habrá un fructífero periodo de paz, manipula el resultado para que la guerra acontezca. “¿Qué pasa?”, grita desafiante. Y es que, además de tramposo, Dios es bastante macarra.


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