Homenaje a Séneca
Toma una frase de tu autor favorito y saboréala durante el todo el día.
Mírala por una cara; luego, por otra; acércatela al oído; déjala estar durante
un par de horas; retómala en tus brazos como si acabaras de descubrir el mayor
de los tesoros; aléjala de ti; zarandéala; exprímela; ponla contra las cuerdas.
Y por último, lo más importante: trata de incorporarla a tu vida, a tu práctica
diaria, a tu quehacer cotidiano, para que no sea letra muerta entre las páginas
de un libro sapientísimo e inútil…
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