Este hombre que entra en el centro médico, coge un número del
expendedor, y, mostrándoselo a su nieto, le explica:
-Primero, cogemos un número; después, esperamos hasta que llegue
nuestro turno.
Este hombre, repito, uno de los miles de imprescindibles abuelos, está
contribuyendo, con este tipo de enseñanzas elementales, a la creación de un
futuro ciudadano verdaderamente civilizado y cabal.
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